martes, 20 de julio de 2021

EL VIRREY LA SERNA EN SU PASO POR YAUYOS EN 1821. ENFRENTAMIENTO CON LAS GUERRILLAS AL PIE DEL NEVADO LLONGOTE.

 LAS TROPAS DEL REY LLORAN AL PIE DEL NEVADO LLONGOTE EN YAUYOS.

Las tropas realistas, agobiadas por el cruento y permanente acecho de las guerrillas tomaron camino por las alturas de Ayavirí con dirección al nevado de LLongote. Mientras tanto las guerrillas de Yauyos se desviaron hacia Quinches, a solicitud del jefe guerrillero Mariano Brun desde donde el comandante Juan Evangelista Vivas informó a Álvarez de Arenales el 26 de julio de 1821 que los realistas avanzaban a duras penas, con media tropa herida y enferma por los constantes ataques de los patriotas yauyinos.
Al llegar al pie del nevado Llongote el Virrey José de la Serna al ver a sus hombres con la moral afectada, cansados y el frio intenso de la cordillera, dispuso que se aligere la marcha, por lo que muchos españoles arrojaron a la laguna parte de su equipaje. En aquella travesía los realistas lloraron de dolor por lo que habían hecho en Tauripampa al quemar vivos a sus conocidos y familiares, lloraron por el hambre, el frio y la hostilidad de habitantes de esta provincia que no daban tregua.
En Quinches se reorganizaron las guerrillas de Yauyos a las que se sumaron las tropas de Vidal, Quiroz, Quispe Ninavilca, Febres Cordero y salieron en persecución de las tropas del rey con destino a Yauyos.
En tanto el Virrey La Serna desde LLongote, envió un documento al Cura de Yauyos Domingo Villegas, ordenándole, disponga de alimentos y alojamiento para él y su tropa, tal como señala el Comandante José Guillermo Cayro en su informe de esa fecha.
“Le dirigió a dicho cura un oficio para que mediante su influjo todo este vecindario recibiese con placer a sus tropas y haciéndole responsable si trataba de resistir; pero este digno Párroco le respondió con energía, que sus feligreses se hallaban en tal grado de entusiasmo y decididos a defenderse hasta el último; por haber él y ellos, jurado solemnemente la independencia y que toda su tropa no esperase más acogida que el de las balas o la muerte”.(del libro "Yauyos en la Guerra de la Independencia de Winston Reyes Ramos).